Caminos rurales, apenas transitados y marcados tan solo por las pisadas de generaciones pasadas, invitan a explorar paisajes cambiantes y sorprendentes. Recorrer estos senderos permite descubrir el territorio a tu propio ritmo, sin prisa, apreciando cada detalle y absorbiendo la atmósfera especial que emana de estos parajes. Son trayectos que, lejos de los circuitos habituales, revelan auténticas joyas naturales, como miradores escondidos y enclaves de gran significado cultural o espiritual para la comunidad local.